Llegamos a Alemania, y voilà! Perdemos una talla de ropa! Que luego ganamos enseguida, en dos semanas de comidas y dulces y costumbres alemanas. Es decir, la talla que se había perdido con sólo entrar en una tienda con tallaje alemán, se gana en un plis plas. No es broma, ni lo uno ni lo…