Solísimo todo el fin de semana, también hoy, pero el sol en octubre viene acompañado de mucho frío. En el sol, aún se puede estar, se siente un calorcillo débil, pero algo se siente, en la sombra es un frío polar! Hoy ya me he cambiado de abrigo, a uno rojo dos cuartos mucho más caliente que la biker de paño negra que llevaba hasta ahora.
Ayer pasó una cosa super curiosa, que creo que sólo puede pasar en muy pocas ciudades de un millón y medio de habitantes en el mundo. Marchamos después de comer con la bici para hacer unos kilómetros y aprovechar para comprar calabazas «Kurbis» en las esquinas de los campos (que ya están harados y preparados para la llegada de la nieve) de la carretera de Landsberg que va desde Passing a Germering. Pues bien, a la vuelta, mi compañero perdió su cartera, y no nos dimos cuenta hasta que a las diez de la noche, alguién llamó a nuestra puerta, para devolvérnoslo!!!! Estaba todo el dinero, todas las tarjetas, el carné de conducir, el carné de identidad, todo! Le dimos 20€ al hombre cómo agradecimiento. Lo fuerte es que nos dijo que lo había encontrado, allí por la carretera… osea a más de 10km de nuestra casa.
A un conocido le pasó algo similar aquí en Alemania, sólo que en lugar de perder una cartera y recuperarla horas después, perdió una tarjeta de crédito y le estuvieron buscando hasta que dieron con él 1 año después. Evidentemente la tarjeta ya estaba cancelada, pero menudo detallazo se marcaron.