Las fotografías siguientes están tomadas en Múnich y en Salzburg y todas ellas reflejan la gran cultura de la Brezel. La Brezel es más que un tipo de pan, la Brezel es un «Typisch München», «Typisch Bayern» es un icono de la cultura bávara y alpina. Se podría decir aquello de «No sin mi Brezel» y como icono de «forma y modo de vida» se utiliza la Brezel para hacer corazones el día de San Valentín, como colgantes para decorar los vestidos tradicionales bávaros, bordadas en la ropa, en los bolsos, en los sombreros, para decorar las cocinas, para decorar las tabletas para cenar y comer con pan, las brezel pueden ser grandes, medianas, pequeñas, secas y saladas para snacks, e incluso con la forma del brezel se hacen los Krapfen o otros pasteles y bollería.
Una brezel cuesta un 1€, y se puede adquirir en cualquier panadería muniquesa, las hay untadas con mantequilla (una delicia adictiva), las hay untadas con queso fresco (estilo philadelphia), las hay que se utilizan como bocadillos con queso y embutidos, o simplemente se toman para comer el Obatze (la mezcla de quesos típica para cenar o comer con brezel en los Biergartens). En los Biergartens suele haber Brezels gigantes (3€), de unos 40cm para compartir entre amigos y mientras se bebe un libro de cerveza.
La Brezel es un tentenpié ideal para niños pequeños, es decir, es el típico trozo de pan que les dan para comer entre horas. Otro uso típico es como «pan de acompañamiento», para las sopas, los consomés, las cenas y las meriendas. Por ejemplo, la Brezel está tan metida en la vida diaria e incluso corporativa e institucional que en un pica pica oficial en el Ayuntamiento de Múnich o en una empresa es muy corriente tener una bandeja llena de Brezels untadas con mantequilla al lado de las bebidas.
La Brezel tiene mil nombres, todos ellos muy parecidos pero con diferentes matices de pronunciación que depende de la ciudad y región, Brezel, Brezen, Breze, Brezl, Brezn, Pretzel, etc, etc. Ningún pánico, porque vamos a escuchar mil y una derivación de la pronunciación, una panadera nos lo dirá de una manera y la panadería de al lado de otra.
El día mismo que voy a ver a mi familia, en la panadería del aeropuerto o de la estación de tren o metro suelo comprar una bolsa llena de Brezel para llevar como recuerdo. Así frescas del día llegan a un pueblecito de Huesca y todo el mundo siempre se quedan sorprendidos de la forma, el sabor, la sal.. es algo totalmente exótico para ellos.
gracias por recordarme los exquisitos brezel disfrutados todas las veces que he viajado a diferentes sitios de Alemania, y por todo lo que veo en su sitio.
Que saliveo… Para de poner cosas buenas por aquí!!! 🙂
Es que son una delicia… sabías que esa superficie crocantita y reluciente se obtiene bañándolas, antes de meterlas al horno, en una solución de sosa cáustica?
Si, esta escrito en el proximo post de como se fabrican los brezels.