Después de una semana bastante fría el fin de semana ha sido sorprendentemente caluroso y soleado, así que en la calle que hemos estado todo el día.
El domingo salimos a patinar pero antes había estado corriendo así que me cambié de zapatos a la media hora de empezar y después de deslizarnos por medio Pasing y alrededores agotada de patinar, me quise cambiar los zapatos y volver corriendo cuando vimos que habíamos perdido una zapatilla! Mis zapatillas de Nike que mi hermano pequeño me dio hace más de siete años, una maravilla, super raras, se parecen a las primeras zapatillas de atletismo de cuero, en blanco, me dio pena pero no me apené porque sabía que si volvíamos a casa, comíamos y luego con fuerzas recuperadas volvíamos con la bici en busca de la zapatilla perdida y íbamos a encontrar, y efectivamente en una esquina de una de las calles que doblamos estaba la zapatilla del pie izquierdo. Es la costumbre que hay en Múnich, la de perder zapatos, y de dejarlos reposando encima de un banco, de una cabina de telefonía, en el suelo mismo, y la costumbre de los muniqueses de ir a por ellos más tarde. Justamente esta mañana iba al trabajo en bici, y cruzando un puente del río he visto una bailarina de color negro. Siempre me había preguntado cómo la gente llega a perder sólo un zapato, y ahora que me ha pasado a mí, intento adivinar cómo la mujer estaba transportando sus bailarinas.
La temporada de lluvias parece que marketingmente está entrando en los supermercados, es decir, que si necesitáis ropa contra la lluvia para plastificar a vuestros hijos o a vosotros mismos ahora Aldi, Lidl, Norma, usw. Todos ellos ofrecen paraguas, botas de agua, chubasqueros y pantalones de plástico para poder salir a pasear cuando llueve. Aviso que las guarderías piden el equipo completo para los niños, porque los sacan a jugar al jardín aunque llueva. Y también he visto, los productos de navidad, ya! Por dios, hasta el primer domingo de adviento todavía queda! Eso si, las calabazas para decorar y para comer ya están a la venta también…. mmmm…. me encanta el otoño… ayer ya compramos unas 5 calabazas pequeñas (potimarron), y un calabazín enorme en los puestos de las carreteras en los alrededores de Múnich.