El otro día yendo con la bici de un pueblo a otro y atravesando campos de casas individuales-familiares me vino a la cabeza el pensamiento de que a los alemanes les encanta estar aislado del resto del mundo. Los centros de las ciudades son centros, pero inmediatamente empiezan o se pueden encontrar, lo que llamaríamos en España, zonas residenciales, que no son otra cosa que un vacío comercial y de servicios, llenado sólamente por mini propiedades de casas con jardín perimetradas por vallas y vegetación que se encargan de poner más intimidad y aislamiento al proceso de habitar. Y cada una con un color de pared diferente, un tipo de tejado diferente y con ventanas diferentes, y con tipos de jardín diferentes.
Otro comentario que me gustó y me resultó gracioso fue el de mi amigo francés casado con una alemana, ellos viajan mucho, van de vacaciones juntos y hacen camping. Su comentario fue de cómo en un Camping alemán, los alemanes llegan e inmediatamente crean el perímetro que consideran suyo y de su propiedad temporal, delimitándolo con flores y geranios que traen previamente en el coche, o simplemente poniendo piedras alrededor o algún tipo de decoración urbana, el caso es que se tiene que ver y remarcar bien el territorio. Dentro de su perímetro montan su mundo, su pequeño hogar temporal, y que nadie tiene que pisar ni intentar intrusionar.
Los campings alemanes son un reflejo de las zonas residenciales alemanas, perimetradas con vallas, vegetación, con jardines comunitarios a la zona para que los niños puedan jugar. Incluso existen pueblos nuevos, que sin historia están llenos de casas individuales-familiares y punto. Lejos del bullicio de las grandes ciudades de veinte mil habitantes o de cien mil habitantes y del bullicio del centro de la ciudad. El amor por el silencio y la tranquilidad hace que se confunda muchas veces con aislamiento, y su afán por personalizar su espacio vital y diferenciarse del vecino se le llama individualización. Quizás sea el trauma causado por el comunismo, a los que muchos hacen referencia, bloques de pisos sin personalidad, típicos del este, sin jardines privados, edificios grises todos iguales. Quizás ese afán de no-parecerse-en-nada-a-la-parte-comunista hace que los colores vivos y diferentes inunden las calles de las ciudades y de los pueblos, el distinguirse del vecino es una virtud, y el de la tranquilidad un pecado concedido.
La individualizada personalización a veces parece estresante, con las ventanas llenas de plantas, de colgantes de cristal y de cerámica de colores distintos, de lámparas que alumbran los adornos, y recuerdos o regalos de más de no diez centímetros que pueden decorar las estanterías sin limpiar llenas de libros. El asunto me recuerda, que hay una tendencia escandinava de líneas puras y minimalistas que los alemanes modernos siguen, pero que me pregunto si esta moda no fue introducida por Ingvar Kamprad cerebro de IKEA, ya que la cultura alemana se parece extremadamente a la escandinava, y en el Reino Unido antes de IKEA también había ese Kitch British. En cuanto al aislamiento y la individualización, léanse las novelas escandinavas tan de moda ahora. Pero, atención, los alemanes «ni se hacen los suecos» ni son tan diplomáticos.
Quizás será por el clima, frío y lluvioso que hace que no se necesiten comercios alrededor, que mejor que estén lejos. En zonas concentradas de consumo regulado. Prevalece el deseo de calma y vida privada a la accesibilidad de los bienes de consumo. Si, creo que esta frase puede resumir muy bien el modo de vida alemán.
QUE AGRADABLE ES LEER TODO LO QUE COMUNICAS HASTA ME DIERON GANAS DE VIAJAR NUEVAMENTE A HAMBURGO Y MIRAR SUS LINDAS VENTANAS LLENAS DE PLANTAS ADORNOS Y HERMOSAS CORTINAS. Y AUNQUE PUEDA PARECER EGOISTA ME ENCANTA EL INTERES DE MANTENER SENTIDO DE INDIVIDUALISMO DONDE CADA UNO SACA SU INSPIRACIÓN Y GUSTO, ALEJADO TOTALMENTE DE LAS UNIFORMIDAD DE OTRAS CULTURAS DESECHANDO EL CONSUMISMO Y LA COPIA.