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Nublado, nubladillo y fresquito… día nostálgico, echando de menos a muchas amigas.. la verdad que la expatriación y tener amigas intrépidas que también se expatrían produce que a veces, nuestro mundo real tenga que ser también un mundo virtual. Bendito Skype, pero también benditas las llamadas VoIP a través de internet a precios de risa a lo largo de todo el globo, y benditas las Fritz Box que sólo venden en Alemania que para mayor comodidad podemos llamar desde internet a través de nuestro teléfono normal sin ningún problema y todo very friendly user interaction.

Decidimos seguir adelante con nuestras vida, nuestra carrera profesional y para ello sacrificamos otras cosas, como la lejanía con nuestras familias, nuestro país de origen, nuestros amigos, cierto que creamos nuevas familias, nuevo grupo de amigos, y hacemos de nuestros países de acogida nuestra casa y nuestro hogar. Y esto no es nuevo, cambiamos de país, pero también dentro de Espana, la gente se mueve y tiene las mismas sensaciones y los mismos sentimientos que nosotros los expatriados. Pero parece que al cambiar la lengua que nos rodea, al cambiar la cultura que nos rodea de una manera extrema, produce el efecto de «Gran Hermano» y todos los del mismo país tenemos que ser «hermanos» por el hecho de estar «encerrados» en este país, elegido o no, aquí estamos, y aquí hacemos pina. El problema es que estamos encerrados con dos millones de personas más, y dentro del pupurri que se puede observar, están, en nuestro caso, los alemanes, los turcos, los griegos, los polacos, los ingleses, los franceses, los daneses… y con ellos no nos sentimos «hermanos» por muy «encerrados» que estemos. Aunque a veces, sí, eso de criticar el país que nos acoje es una deporte nacional de expatriados de cualquier país muy habitual… y que nos hace pasar buenos ratos con muchas risas.