Nublado.. el cielo, el viento, la temperatura desde por la manana hasta que vivo en este momento, ha permanecido inmóvil. Día tranquilo, hasta los pájaros estaban en silencio. Algunos árboles muestran sus nuevas galas, confeccionadas en los días de calor y alimentadas por los días de lluvia. Este tipo de días muestra que la vida sigue tranquila, que hay momentos soleados, pero también lluviosos que a veces el viento nos trae cambios, caidas de hojas, caidas de pétalos, nuevas nubes, aires cálidos, aires fríos como la vida misma, y como la vida misma hay días de absoluta cotidianidad.
Ya llevo toda la semana sin perderme entre los jardines, casas individuales-familiares, laberinto de caminos y calles que tuercen más que una espiral (hay un par de calles que son un semi-circulo, pero que empiezan y terminan en calles más o menos conectadas). Dentro de la jungla urbanística ya me voy orientando y ya tengo mis jardines y mis casas favoritas. La que más me gusta es una casa amarilla, muy minimalista por fuera y que parece ser calida por dentro. La teoria parte de cómo son las cortinas, que es lo que dejan en las repisas de las ventanas o qué es lo que está a la vista del transeunte. El jardín no está expuesto, está su magestuosidad simple detrás de la casa y como detalle divertido, una mini bici llena de colores está aparcada al lado de la entrada principal. Tienen mínimo 2 ninos, uno el que usa la mini-mini-bici y otro que usa un carricoche, y deben de trabajar los dos porque cuando paso con mi bici por la manana la casa parece deshabitada.
Este fin de semana vamos a trabajar y a investigar la zona, se supone soleado y simpático en ambos sentidos. La pena me da perderme un cumpleanos este sábado previsto para desmelenarse.. pero espero hacerlo en privado con la protagonista indiscutible y tratarla como una reina cuando llegue el momento. Que ya sabe ella que lo haré. Mis promesas son firmes.