Reciclar hasta Perder el Confort

El ecologismo es una de las razones mayores por las cuales los alemanes se levantan de sus sofás para manifestarse. Está en su ADN, en su tradición, en su modo de vida, en su vida cotidiana, en la forma de hacer las cosas y de pensar las cosas. Y dicha pasión es una de las mayores diferencias entre nosotros y ellos, pero también una de nuestras mayores admiraciones hacia estos particulares habitantes de este país llamado Alemania.

Lo que más llama la atención es que en la cabeza tenemos que Alemania es un país avanzado, y en esa definición nos imaginamos platillos volantes, cuando quizás en realidad los platillos volantes son: no usar agua para aclarar los platos, o no usar bolsas de plástico de basura para los cubos de basura (valga aquí la redundancia), o no usar lejía para desinfectar el baño, o no comprar compulsivamente el último grito de la literatura alemana y comprarlo de segunda (tercera, cuarta) mano en un Flohmarkt…

En una calidad de vida en la que nos acostumbramos a tirar embalajes, comprar todo nuevo y tirar lo viejo, en cuanto más mejor, en el dá igual, total, que más da, no pasará nada, yo estoy más cómodo así, y porqué voy a cambiar, si funciona como funciona, ha sido así toda la vida, yo no voy a ser el primero, si sólo lo hago yo, pero los demás no, etc etc etc. Nos hemos acostumbrado o mal acostumbrado a vivir del cuento fácil de que todo desaparece o se lo traga misteriosamente la tierra. Aquí, la cultura alemana es de usarlo todo, de guardarlo todo y de no desperdiciar ni una gota de luz eléctrica. El ahorro se lleva a todas las facetas de la vida hasta el extremo paranoico y fuera de la confortabilidad. Aquí van los puntos clave para sobrevivir y ahorrar y amar la tierra y que sin ir más lejos son los platillos voladores super innovadores que nos encontramos aquí en Alemania y que a veces nos recuerda al modus vivendi de nuestras abuelas:

• Llenar la pila del fregadero de agua caliente y echar 3 gotas de detergente lavavajillas. En ese momento introducir todo lo que se quiera lavar, vasos, platos, cubiertos, ollas, sartenes, tápers, etc. Con la misma agua caliente con el poco jabón se restregan con ayuda de un estropajo y se lavan las piezas, con el agua acumulada en el fregadero se aclaran y se dejan reposar unos minutos antes de coger el paño y secarlas. Está la versión más despilfarradora de llenar de agua caliente otra pila contigua (si la hay), dónde se aclararía la vajilla, vasos, ollas, etc.
• En la cocina están los 5 cubos para la basura, para hacer bien la separación y el reciclaje. Importante saber que en cada cubo no se pone una bolsa de plástico de basura, sinó o que se dejan sin nada y directamente se tira la basura o que se forran de papeles de periódico. Los cinco cubos de basura son: (1) Uno para plásticos/embalajes de corcho/latas/tetrabrick (luego se tiran uno a uno al contenedor, y a veces hay un contenedor para latas a parte), (2) Otro para el papel utilizado (el cartón se debe plegar perfectamente), (3) Otro para el BIO (lo que mi abuela tiraba para dar de comer a las gallinas, es decir comida y productos deribados de la comida – bolsitas del té aceptadas), (4) Otro para el vidrio (sabiendo que luego hay que tirar cada color de vidrio en su diferente contenedor), y finalmente otro para el  (5) «Normal» (Lo demás, servilletas usadas, pañuelos usados, etc).
• Aparcar el coche a 3 kilómetros del centro para no tener que pagar los caros párkines e ir andando hasta el destino, en el caso en que se viva a las afueras de la ciudad. Ir en bici para no pagar el ticket del transporte público.
• La ropa que no se usa, se lava y se etiqueta para poderla vender en los Flohmarkts del barrio (es necesario previamente inscribirse en la asociación de los mercadillos del barrio, e ir a las reuniones para tener un buen sitio el día D y vender lo más posible). Importante que la ropa o obillos de lana o demás productos que se quieran vender estén en perfecto estado, limpios y etiquetados con el precio. Para facilitar la venta y su gestión se puede hacer una lista. No sólamente se puede vender la ropa que no se usa también los juegos de mesa, tazas, vajillas de porcelana, lámparas, muebles auxiliares, ordenadores, bicicletas, libros, teléfonos. Lo curioso es que siempre habrá alguien interesado en nuestras pertenencias.
• No encender la calefacción de ninguna habitación, sólo la del comedor y al mínimo, para ello están las mantas para el sofá, las zapatillas ultra calientes de pelos y de borreguito para estar en casa, y las chaquetas. Para ello es obligatorio también abrir las ventanas de las otras habitaciones y dejar que el aire pase y congelarse para ir al baño. Existen para las camas, las bolsas de agua caliente en casos de necesidad térmica.
• Del mismo modo, conocerse todas las tiendas de ropa de segunda mano del barrio y del barrio contiguo, pasarse una vez al mes como mínimo para ver las novedades que hay. Pueden haber traido un abrigo en muy buen estado y que habría costado más de cien euros que se puede comprar por treinta y que da mucho el pego. O una chaqueta de vestir para alguna ceremonia, o alguna bufanda de lana, siempre hay algo. Un tip, si se hace uno amigo de la dueña de la tienda de segunda mano también se le puede traer la ropa que no se use, y que le guarden lo mejor que llegue.
• La lejía es un contaminante muy corrosivo que huele muy fuerte, así que por defecto no se usa. La alternativa es usar productos que contengan limón o perfume de limón (que es el ingrediente que de verdad limpia a fondo), y vinagre, según el caso.
• Para limpiar los muebles, en el caso en que sea necesario, se puede usar la mano para sacar el polvo, y luego para limpiarlos pues con un simple paño húmedo sirve.
• Los suelos, si se tiene la suerte de tener moqueta, sólo con aspirarla ya es suficiente, no hace falta ningún producto especial, y para el resto de suelos, sólo se aspira (aquí curiosamente la escoba no es suficientemente innovadora o útil, es un invento español muy poco fiable). Si se vive en una casa con escaleras, entonces se utiliza un paño húmedo para fregar el suelo (el otro invento español de la fregona tampoco es de mucho fiar, así que los más avanzados utilizan la escoba con el trapo debajo para pasar un poco de agua sobre las baldosas).
• Los papeles de regalo se guardan, así que se abren los regalos con mucho cuidado, y luego se pliegan de tal manera que se puedan utilizar en otro paquete que tenga diferente forma. Yo ya he recibido muchos regalos con mis papeles y mis decoraciones. El objetivo es no malgastar el papel, y más el papel de regalo, asi que hay que alargarle la vida.
• La luz, cómo en algunas casas españolas, sólo se usa en la habitación en la que se está. Y la televisión está apagada excepto en el momento de mirarla. La energía eléctrica es un bien preciado, escaso y que no puede abusarse de él. Si añochece sobre las cuatro, pues, hasta las cuatro y media no hay que encender la bombilla. Hay que aprovechar la mínima luz que entre por la ventana, porque esa energía solar es gratuita.
• Lo curioso, es que las frutas y verduras en algunos supermercados continúan estando embaladas y requeteembaladas con corchos y plásticos, al igual que los quesos y embutidos. Aquí todavía están en la edad de piedra. Ahí va la crítica y mención para que cambie y vuelvan en todos los supermercados la charcutera, la frutera, la carnicera, la panadera y la pescatera.
• Ah! Atención, que se pueden recibir muchos regalos que han sido comprados en tiendas de segunda mano! No olvidarse de decir que «no me gusta» y devolverlo, si es el caso!