Ayer y hoy hay que salir a la calle, en los intérvalos en los que no llueve… a riesgo de mojarnos o de congelarnos en su defecto, cómo me pasó ayer, para variar, tengo un imán especial para coger los diluvios mientras voy en bici.
Ayer por la tarde vi a dos policías parados de pie en un semáforo controlando a los biciclistas y a los potenciales infractores de la ley de tráfico… estaban ahí, de pie, a la expectativa, y charlando tranquilamente, pero siempre con un ojo avizor. Estas próximas semanas van a ser duras, así que más vale no cometer ninguna infracción!
No se si os habéis fijado, pero por el centro de Múnich, por las tiendas, o paseando, hay muchas mujeres con burka (menos que el año pasado, tengo que decir). Este fenómeno tiene una explicación muy sencilla y muy curiosa, muchas familias saudíes vienen a pasar a Múnich el verano para no sufrir tanto el calor de Arabia Saudí y aprovechar para hacerse chequeos médicos y comprar y comprar ropa, joyas, perfumes, etc, etc.
No sé como funcionan las cosas en Munich, pero me llama la atención que los policías en Munich estén dispuestos a sancionar a los ciclistas que circulan por el centro de la población. Yo lo que veo por mi ciudad es que las bicis (mejor dicho los ciclistas) circulan por donde quieren (aceras principalmente) sin ceñirse a los carriles espcialmente señalizados para ellos. Utilizan las aceras, y por supuesto, los pasos de peatones sin respeto por los viandantes que en muchos momentos oímos una especie de soplido en la oreja cuando un ciclista nos sobrepasa velozmente a menos de 20 centímetros.
Algunas veces pienso que si levanto el brazo para recolocarme la bandolera y coincide un ciclista en ese momento adelantándome tan cerca y tan velozmente, el consiguiente golpe que me voy a llevar y el que se va a llevar el ciclista con inevitables.
Y si eso no ocurre, lo cierto es que el susto me lo llevo en el cuerpo en muchas ocasiones.
Así que, ojalá por estos lares la policía también comienze a sancionar a semejantes «bicibárbaros» de las calles.