Decían que hoy iba a llover… bueno, lluvió anoche y con tormenta de verano incluida. Y menos mal que ha refrescado un poco el ambiente. Con estos días de calorísimo, que nos morimos en las saunas del trabajo, en las clases, en los baños, ahora entiendo porqué los alemanes se ponen tan ligeros de ropa cuando llega el calor y está todo permitido, tanto los pies descalzos, como minis, pantalones cortos, etc. La explicación es sencilla, las construcciones están hechas para mantener el calor de las cosas en invierno (que me parece genial porque aquí llegamos a los -20°C), pero como los días de ultra calor son mínimos pues no hay aires acondicionados en la mayor parte de los edicificios, locales, tiendas, oficinas… con suerte hay ventiladores pequeños que podemos coger, pero no hay uno por persona. Así que a morirse de calor!
Para ir en bici, hay un problema de urbanización tremendo. Muchas calles y carreteras de Múnich van del oeste-este, este-oeste, y para conducir o ir en bici, está el problema de que no se ve! o hay demasiada sombra. Mi caso es que por la mañana voy del oeste al este, y me da todo el sol de cara, que aún con gafas a veces no se ve nada, super peligroso. Y por la tarde, para ir del este al oeste me pasa lo mismo. Y por qué este garrafal error en la ciudad más reconstruida después de la guerra? Pues sencillo… el señor rey de la Baviera ideó la ciudad para que fuera la más bonita desde la ciudad misma (el centro histórico enmurallado) hasta su castillo de Nymphenburg, lo lleno de villas, de jardines, y de un canal y de «calles» que iba en esa dirección oeste-este, este-oeste. El castillo tiene esta orientación para ver el amanecer desde las habitaciones del palacio, y ver el atardecer desde los jardines. Muy bonito para el rey de aquel entonces, terrible para el tráfico de hoy en día!