No hace mucho frío, ni hay viento, pero si parece como si el cielo fuera a estallar en cualquier momento. Hay esa sensación que se está contiendo, que deja escapar alguna gotita, porque las nubes no pueden aguantar más. No es un día simplemente nublado, es el estrés meteorológico, de estamos en primavera pero parece un día de otoño / invierno de Barcelona.
Hablando de una primavera que no termina de arrancar, los servicios de seguridad contra incendios, estaban este fin de semana en alerta, debido a que los bosques no han florecido, las ramas están secas y desnudas, todavía hay un montón de hojas naranjas del otoño en el suelo, y hubo el factor del calor que otros días no había. Nosotros lo comprobamos, fuimos en bici por el bosque Forstenrieder Park hasta Gründwald Forst volviendo por la orilla del Isar hasta Múnich, y efectivamente los bosques daban el paisaje de otoño. Sólamente cerca de Múnich, por las orillas del Isar empezaban a verse algunas hojillas verdes.