Cómo yo, Españolas en Múnich hay muchas, y una de ellas es mi favorita, es mi amiga, y deja de ser «Española en Múnich» para convertirse en «Española en Madrid». Aunque las dos ciudades tengan la M cómo primera letra, ahí se quedan los parecidos, y entre las dos, hay unos 2.000 kilómetros de campo, de montañas, de accidentes geográficos que las separan y también unas grandes diferencias culturales, de trabajo, de formas de vivir el día a día, de lengua…
Dos países distintos, dos ciudades distintas y unas amigas, que espero se sientan cerca gracias a las nuevas tecnologías. Así que, aunque no sea lo mísmo, cómo pienso yo, a veces sientes más cerca a una persona que vive lejos, que a uno que vive al lado tuyo. Espero no perderla nunca.
Seguro que aunque critiquemos Múnich, y la cultura alemana, y nos ríamos juntas de todo «esto» que vivimos, en Madrid ella va a echar mucho de menos este «pueblo grande» dónde la calidad de vida es muy alta, dónde las casitas son muy monas, dónde la seguridad es altísima, dónde no hay estrés, dónde ahora tenemos nuestra vida, dónde hemos vivido muchas anécdotas, dónde hemos aprendido que es posible otra forma de vivir… pero todo esto ya pertenece a nosotras, lo llevaremos siempre en nuestra personalidad, y eso es lo que hemos ganado de nuevo. Lo importante es qué hacemos con ello.
Mucha suerte por esas tierras lejanas!